Hoy toca a su fin la segunda edición de "21 días". El objetivo de esta iniciativa es concienciar del verdadero trabajo de un profesor universitario. Soy consciente de que no he publicado una avalancha de twits ni de entradas en el blog, pero ambas dos son actividades que consumen mucho tiempo, tiempo que en estos días por suerte o por desgracia no me ha sobrado. En concreto, en estas 3 semanas, con sus 6 días de fin de semana y 1 día festivo sólo he dejado de trabajar en dos ocasiones: domingo de Carnaval y hoy día de Andalucía. En estos 19 días de trabajo efectivo he realizado todas estas tareas:
Tenía pensado hacer otras muchas cosas, pero finalmente el concurso de ideas ha consumido mi tiempo y energías en los últimos días. En concreto quería haber enviado ya mi solicitud de acreditación a ANECA, haberle hecho más caso a mi doctorando y haber terminado la solicitud para crear un nuevo curso de experto. Así que todavía me quedan días y cosas por hacer como para que la lista anterior se quede corta en los próximos días.
Espero que después de esta "demostración" no sigáis pensando que los profesores universitarios impartimos 8 horas de clase semanales (en el peor de los casos) y nos vamos a casa. Por supuesto que haberlos haylos, y habrá que acabar con esas actitudes. Si alguna vez tenéis la oportunidad de entrar en nuestra Escuela un fin de semana, no es extraño ver a varios compañeros que están en sus despachos. Y los que trabajan desde casa, ya que con una conexión a Internet podemos realizar nuestro trabajo, excepto la docencia y algunas reuniones claro está, desde cualquier lugar del mundo. ¿Cuántos alumnos habrán recibido contestación a sus correos durante la madrigada? Así que cuando venga la próxima reforma de nuestro querido Ministro, por favor pensad en que las "soluciones generales" que intenten acabar con algunos problemas de la Universidad española, que no son pocos, también estarán acabando con profesionales que invierten su vida profesional y gran parte de la personal en sacar adelante la Educación y la Investigación españolas.
Y no me olvido que prometí acabar estos 21 días enseñando mi nómina. Pero es que nos van a bajar otro 5% adicional de todo el sueldo por cortesía y gracia de nuestra Junta de Andalucía. Saltándose esta vez la mesa sectorial y el convenio colectivo vigente del personal laboral en connivencia de los teatreros de UGT y CCOO Y como aquí la improvisación forma parte de la idiosincrasia de estos políticos mediocres que nos gobiernan, pues todavía no saben cómo instrumentalizarlo en la aplicación informática y aún no sé qué voy a cobrar este mes. Eso sí, se hará con carácter retroactivo en cómodos plazos. En cuanto sepa lo comunicaré a la mayor premura para que veáis el enorme pastizal que cobra un Ingeniero y Doctor en Andalucía.
Hoy toca descansar. Mañana seguiremos dando lo mejor de nosotros que es la única forma de que el futuro esté en nuestras manos y no en la de nuestros políticos.
Pablo Trinidad 28 febrero, 2013
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Una de las actividades más recurrentes del profesor de Universidad es la justificación de tu trabajo ante las distintas administraciones. Debes justificarte ante tu propia Universidad, ante tu comunidad autónoma, ante el Ministerio de turno y según el caso ante alguna Comisión europea. Y la forma más frecuente de justificación son los curriculum vitae (CV) en todas sus variedades. Pero en nuestro contexto, ese principio de "no más de 2 páginas" que es casi ley en la empresa privada no aplica en la mayoría de los casos. Aquí los CVs tienen varias decenas de páginas con méritos de todo tipo: publicaciones científicas, participación en proyectos de investigación y transferencia, docencia impartida, proyectos de innovación, cursos, formación, experiencia profesional previa,etc. Y en toda esta vorágine de información, no existe ni la libertad del investigador para elegir el mejor formato, ni un consenso en cuanto a qué formato debe utilizarse en la administración pública. Es por ello que cada administración utiliza un formato distinto según el objetivo:
Esta lista es incompleta, se me olvidan formatos con total seguridad así que la iré extendiendo a medida que me vayáis mandando vuestras contribuciones.
En los dos últimos meses he tenido que entregar un CVN para el doctorado, 8 CVs simplificados de mi tribunal de tesis, solicitar un sexenio, actualizar SICA2 y solicitar la acreditación como profesor contratado doctor para ANECA (en curso). Es muy importante que los indicios de calidad de tu trabajo estén convenientemente actualizados. Estos indicios varían según el mérito, como son los índices de impacto de revistas (el famoso índice JCR), las citas a nuestros trabajos (las fuentes más habituales son Google Scholar, Microsoft Academic Research, Scopus o Web of Science), ingresos económicos por proyectos o las entidades que explotan tu software o patentes. Estos indicios están "vivos" y en un mes pueden variar significativamente por lo que cada vez que debemos actualizar el CV el trabajo debe repetirse.
Con este modelo de constante justificación, se consumen un número importantísimo de horas en tareas improductivas. Ni estamos generando nuevo conocimiento, ni organizando nuestra docencia, ni transfiriendo los resultados a empresas. Estamos tirando el dinero del contribuyente a la basura. Además, la evaluación continua entierra ese principio básico de la investigación que dice que los beneficios de la I+D aparecen a los 5-10 años del comienzo de la actividad. Aquí se tiene en cuenta el éxito inmediato, siendo el éxito la publicación en revistas principalmente. Hay que publicar mucho en poco tiempo y la única forma de hacerlo es "lonchear" una buena idea y venderla por trozos en varios sitios. Además sólo se tiene en cuenta el éxito. Si en un año has tenido la mala suerte de ser rechazado por tres revistas, consta como si ese año no hubieras trabajado, con lo que se fomenta el no asumir riesgos.
En definitiva, si bien es importante ser consciente de tus avances y hacerlos explícitos a los demás agentes del sistema, la justificación constante ocupa un porcentaje altísimo de horas de trabajo anuales. No es algo eficiente y la miríada de formatos de CVs no ayuda a ello. Hay mucho margen de mejora, y si se quiere fomentar la calidad de la investigación española y atraer la inversión privada hacia las universidades, debemos ser eficientes en el uso de los cada día más escasos recursos de que disponemos.
Pablo Trinidad 9 febrero, 2013
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Después de 9 horas y media de trabajo, cierro el chiringuito por hoy, no antes sin hacer un rápido balance de la iniciativa: 650 visitantes únicos, 11 nuevos seguidores en Twitter y más de 100 RTs. Esperemos que los próximos días vaya a más. Lo mejor de todo es que a pesar de los esfuerzos de Gungable, esta vez me he escaqueado del efecto menéame (ya tuve bastante con Wert). A pesar del escaso impacto en esta plataforma, los pocos comentarios han servido para demostrar que nuestra imagen en la sociedad deja bastante que desear y que los estereotipos que mencioné están presentes en nuestra sociedad.
Hoy he tenido la oportunidad de visitar a una de las empresas del parque aeronáutico a fin de proponer acciones conjuntas relacionadas con la docencia, la investigación y la transferencia. Es muy gratificante ver que hay empresas que tienen afinidad por el I+D y creen que la Universidad puede aportar un valor añadido a su negocio.
Además de esto, Antonio, David y yo hemos revisado y entregado un capítulo de un libro que hemos escrito para presentar la evolución de nuestra investigación en los últimos años. Esto en el contexto de un libro que conmemora el 25 aniversario de la conferencia CAiSE, una referencia en el mundo de la ingeniería del software de sistemas de información, al que nos han invitado por presentar hace 7 años uno de los artículos más citados de esta conferencia.
Preparar una nueva asignatura es una tarea ardua, y cuando estás solo ante el peligro aún más. Este año tengo una nueva asignatura en el grado de Ingeniería de Computadores, Desarrollo de aplicaciones distribuidas, en la que pretendo implantar un sistema de trabajo bastante innovador en torno a la plataforma Askbot. Pretendo crear un entorno colaborativo en el que los alumnos sean capaces de elaborar respuestas a preguntas planteadas por el profesor y ellos mismos. Es la alternativa que he planteado este año a fin de eliminar los exámenes escritos. Esto requiere una planificación muy fina, con los tiempos muy bien definidos y esto es algo que sin experiencia previa es un auténtico quebradero de cabeza. Pero creo que a día de hoy tengo algo estable y los mecanismos para en caso de necesitar hacer cambios, hacerlo con el menor impacto posible.
Y como ningún día es laborable si no hay papeleos de por medio, he revisado la memoria de seguimiento de la investigación de mi doctorando, y recogido y organizado papeles para solicitar mi segunda acreditación a la ANECA. Un día tranquilo en este aspecto para lo que nos tienen acostumbrados.
En total, un día muy completo en el que he tocado casi todos los palos de nuestro trabajo: transferencia, investigación, docencia y gestión. Y todo ello sin dar ni una sola hora de clase, porque esa es la punta del iceberg del trabajo del profesor universitario.
Pablo Trinidad 7 febrero, 2013
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En este país los estereotipos son verdad absoluta. En este país, un profesor de Universidad es una persona puesta a dedo gracias a la endogamia. En este país, un profesor de Universidad trabaja sólo 8 horas a la semana. En este país, los políticos mienten siempre pero cuando bajan el sueldo a los funcionarios porque trabajan poco, entonces ahí sí que dicen la verdad. En este país, la igualdad impuesta a golpe de ley confunde el derecho a la individualidad con la obligación a ser todos iguales, clones. Y por tanto, todos somos iguales, y si eres profesor de Universidad entonces te tocas los mismísimos. Todo el mundo conoce a uno que imparte dos horas de clase al año y el resto del día está en la cafetería. Pero nadie conoce al profesor que trabaja más de las 37,5 horas de su contrato (que por cierto tenemos por contrato desde tiempos inmemoriales), sacrifica sábados, domingos, festivos, noches y que cuando viaja lo hace en numerosas ocasiones a costa de sus propias vacaciones.
Hoy, he recibido la estupenda noticia de que el gobierno de Griñán, PSOE e IU, izquierdistas de pro, nos bajan el sueldo otro 5% adicional únicamente al personal de las Universidades. Y esto no viene de Madrid. Esto viene de Sevilla. Y ya estoy harto. Harto de que nos ninguneen bajo dos bandera de progres mientras mantienen a 30.000 enchufados en la administración sin tocarles ni un céntimo sus nóminas. Esto todavía no ha salido a la luz pública pero cuando salga seguro que nos atacan basándose en los estereotipos de siempre. Nos lanzarán a la opinión pública en contra y considerarán los recortes necesarios porque sobramos. No es nuevo, ha pasado cada vez que se ha planteado un recorte en educación. Y antes de que eso ocurra, yo voy a aportar mi granito de arena.
Durante los próximos 21 días, voy a publicar todas mis actividades laborales vía twitter y aquí en el blog (respetando por supuesto la confidencialidad). Quiero que veáis qué hace un profesor de Universidad. Quiero cambiar esa percepción, al menos en mi mundo cercano. Veréis cómo se prepara una asignatura completamente nueva, cómo se gestionan proyectos final de carrera, cómo se escribe un artículo, cuál es la carrera docente y cómo se progresa en ella, la carga burocrática, cómo se investiga, la relación con las empresas, algunos proyectos personales y más carga burocrática.
Quiero que tengáis todos los datos para formaros vuestra propia opinión. Es por ello que el último día y a modo de colofón, publicaré mi nómina. Esa que a día de hoy no tengo ni la más remota idea de cómo será.
Quedan 21 días...
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Hacía ya casi cuatro meses que no pasaba por aquí. Y mucho ha pasado desde entonces. ¿Recordáis aquel 21 días allá por Marzo? Pues al final tuvo sus frutos, aunque se hizo de esperar más de la cuenta. Reescribí toda la tesis (me va la marcha) y la entregué finalmente el 3 de Septiembre. Desde entonces, una gymkana burocrática me tuvo entretenido hasta que por fin el 10 de Diciembre me hice oficialmente Doctor.
Y es que ser Doctor supuestamente te acredita como investigador autónomo, pero la Universidad de Sevilla además te da un diploma de experto en burocracia: normativas y reglamentos que no responden a necesidades ordinarias sino a casos excepcionales. ¿Acaso se necesitan 45 días naturales en aprobar un tribunal? Sí, ese es el límite para que una comisión aplique unos criterios objetivos que se resumen en una regla: "todo miembro español debe tener al menos un sexenio y si es extranjero 3 JCRs". Y mientras que los billetes de avión multiplican su precio por dos, recibo una circular que dice que si cuesta más de 600 euros traer a un extranjero que nada, que no viene. Medidas de ahorro las llaman, cuando el verdadero ahorro está en reducir los días para aprobar el tribunal y así poder comprar los billetes a un precio razonable. Razonable, bonita palabra que si no se hubiera utilizado durante tantos años en las administraciones como excusa para la corrupción, sería la solución para ahorrar de verdad. Y es que existen muchos funcionarios con ganas de hacer cosas. Sí, haberlos haylos y más de los que se piensan. Pero las normas y leyes las suelen hacer personas ajenas a la realidad y un funcionario debe aplicarlas a rajatabla.
Pero al final todo acabó, me hice Doctor, eché un día agradable y más tranquilo de lo que a priori pensaba, en presencia de mi familia y compañeros. Al final, buena comida, buenas vistas y un rato relajado en compañía del tribunal y mi director. Lo que el protocolo aún no ha solucionado, es que el doctor se va a comer con el tribunal y debe abandonar a la familia que ha venido de Cádiz pidiéndose días en el trabajo y que se ha tragado 2 horas de exposición y defensa en perfecto inglés sin pescar lo más mínimo. Ahora que soy Doctor, les voy a recetar un Vaughan.
Y yo creía que tras esto iba a poder disfrutar de unas mini vacaciones, para compensar mi mes de Agosto cerrando la tesis. Y entonces vinieron todas esas tareas que había demorado por el doctorado y el sexenio. Sí, ese complemento salarial (1.500€/año) que se otorga a los funcionarios cada seis años si ha tenido un CV investigador envidiable. ¡Pero si yo no soy funcionario, soy laboral! Pues resulta que este año nos han permitido solicitarlo, pero no nos lo van a pagar. ¿Entonces para qué? Pues porque nuestro querido ministro Wert asoció por ley que un profesor universitario investiga si y sólo si tiene un sexenio activo. Con esta muestra de desconocimiento del contexto universitario dejó de lado a todo el personal laboral de las Universidades. Así que como parche, nos han permitido ser evaluados para no cobrar el complemento y en el mejor de los casos quedarme como estoy. Y todo esto del 15 al 31 de Diciembre avisando una semana antes. Vuelta a rellenar tu CV en otro formato nuevo. La vida del profesor Universitario es apasionante.
Al final otras Navidades trabajando y sin descansar. No obstante, el mero hecho de pasar página y de quitarme el yugo de la tesis me da otro ánimo, otra perspectiva y muchas ganas de hacer todos esos proyectos que tenía en mente y que la falta de energía me impedía lanzar. Para mí se abre una nueva era llena de oportunidades y ambiciones. Y ni toda la burocracia del mundo va a impedir que lo haga. Palabra de Doctor.
Pablo Trinidad 5 enero, 2013
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