Hoy vuelvo a las andadas. Llevaba un tiempo queriendo analizar en profundidad un tema muy relacionado con mi anterior desvarío: los números especiales de revistas indexadas en el índice JCR, a.k.a. JCR Special Issues. En la vorágine de publicar mucho en revistas con índice de impacto asignado (que no revistas de calidad), y a fin de maximizar el ratio de publicaciones anuales de este tipo, una primera opción es realizar una selección de publicaciones cuyo ciclo de revisión medio sea acorde a nuestras expectativas, que las hay. La segunda opción, muy de moda hoy en día, es optar por un Special Issue asociado a un workshop o conferencia.

Un JCR special issue consiste en que los organizadores de un determinado evento utilizan como reclamo la posibilidad de publicar extensiones de los trabajos que se acepten en revistas de impacto que se prestan a ello. Esto da una ventaja competitiva a los participantes en el evento frente al resto del mundo. En este juego, entran los investigadores que envían un artículo en el que se plantea una idea relacionada con la temática del evento pero no se cuenta todo. Si te lo rechazan la aventura acaba aquí. En caso contrario, vas al workshop o conferencia, presentas el trabajo, te camelas a los organizadores y esperas a que envíen una llamada de trabajos, normalmente abierta, para extender tu trabajo para su publicación en revista. En ese tiempo, trabajas en desarrollar la idea que no se contó completamente con anterioridad para poder aspirar a esta publicación. Primer fraude.

Ya se parte con una preaceptación en lo que a temática se refiere. Se supone que un trabajo publicado en el evento está alineado con su temática y por tanto del número especial lo que concede una presunta ventaja competitiva a los que participen en el evento frente a terceros. Segundo fraude.

Una vez enviada la contribución, comienza el proceso de revisión. Normalmente los revisores habituales de la revista no son los que actúan como tales, sino un conjunto de revisores invitados del entorno del evento. Esto se suele deber a que las temáticas de los special issue no están alineadas con la línea editorial de la revista, que entra en el negocio para aumentar su índice de impacto e incluso ofrecerse a nuevas comunidades. La calidad de una revista se debe en su mayor parte al proceso de revisión. Si los procesos, criterios o revisores cambian, la calidad de la revista cambia para el special issue. Tercer fraude.

Se da incluso el caso de que la llamada de trabajos surte más efecto del esperado y el número de revisiones a realizar se dispara con lo que para tratar de mantener las fechas se han de buscar revisores externos. En este caso hay que ir acudir al plan B o C y por tanto rebajar la experiencia/calidad de los revisores. Cuarto fraude. Y ya en el peor de los casos, hasta los que envían trabajos son invitados a revisar. Ser juez y parte, la perversión última del sistema. Quinto fraude (éste es opcional).

Por supuesto, al no tener un compromiso estable con la revista, los revisores no suelen cumplir con las revisiones en fecha. Es lo que tiene los trabajos no remunerados, que uno los hace cuando puede o le da la gana. Y aquí es donde entra el sexto, último y mayor fraude: las fechas nunca se cumplen. Lo que empezaba siendo una oportunidad inmejorable de publicar rápido un resultado se convierte en una pesadilla de correos que no se responden, de fechas imprecisas y de maldiciones diarias.

Mi primera experiencia fue en el año 2006. Debo decir que en ese momento no era una práctica habitual y la experiencia fue positiva en general. Fue mi primer artículo JCR, eso sí publicado en 2008. Desde entonces he enviado 5 artículos. Los tres últimos han caído en saco roto: uno se pasó la fecha 6 meses; otro al no encontrar revisores adicionales decidieron no incorporarlo al número especial y me enteré 6 meses después de la fecha de notificación; el último nos rechazaron por proponer un artículo muy largo que iba a restar espacio al resto de artículos y que nos ofrecimos a acortar antes de la revisión. Actuando de revisor (ver quinto fraude) rechacé en primer término una publicación por su baja calidad y el elevado número de cambios que debían realizar. Los editores decidieron aceptarlo y pasaron de 20 a 36 páginas, 12 más de las que teníamos nosotros. Inaceptable.

Como podéis ver mi impresión de este tipo de eventos es muy negativa aún habiendo publicado de esta forma. Rara vez se cumplen las fechas y el período de 3-4 meses que proponen desde el envío hasta la notificación normalmente se triplica o cuadruplica. Sólo en una ocasión obtuvimos una respuesta sólo un mes más tarde. Cuando te responden las ideas ya no valen o están frías. Cuesta volver a ponerse en contexto y revisar el trabajo. Y el principal problema: los trabajos se adaptan a los números especiales. Si se quiere enviar a la propia revista que lo organiza nos podemos encontrar que no encaja en la línea editorial. Por tanto los trabajos no son reciclables. Esto no ocurre con una publicación regular de revista, donde tenemos la posibilidad de sondear previamente con el editor la adecuación de la publicación en la línea editorial, que si ve una buena idea detrás pero mal desarrollada nos va a empujar a mejorar la idea y a realizar tantas iteraciones como sean necesarias. El éxito en estos casos puede llegar tarde o temprano, pero llega. En un special issue sólo tenemos una bala. Un único disparo y normalmente no gana el que tiene más puntería.

Es una inversión que no merece la pena. Nos empuja e enviar trabajos alienados a eventos donde nunca mandarías nada de forma natural. Nos empuja a dividir una idea en dos partes, en hacer publicaciones en fascículos de las ideas. Todo para cumplir con el famoso incremento/diferencia del 30%. ¿Y qué gana la ciencia con todo esto? Nada nuevo. Es otra forma más de alimentar la teoría del salami (me encantó este símil que me explicó Rafa). El salami representa una idea. El sistema de publicaciones te obliga a lonchearlo muy muy finito para que te puedas tirar toda la vida vendiendo esa idea que tuviste un día y a la que le das suficientes vueltas para que el número de publicaciones aumente y que parezca que evolucionas en la investigación. Además con un corte oblicuo se consigue más superficie en la loncha. La maestría del charcutero.

¿Y tú? ¿Qué experiencias has tenido con los special issues? ¿Cómo logras hacer un corte tan fino?

24 marzo, 2012

Posted In: Desvaríos

2 Comments

  • José María dice:

    Mi experiencia actual sobre revistas incluye una publicación que tras un major revision llevo esperando 9 meses, para un total de 16 desde el envío inicial... Tú me contarás que hago con el artículo si ahora me responden que no... Y eso en un envío regular a una revista puntera... Así que no sé yo hasta qué punto son mejor opción que una Special Issue... Ya te contaré cuando se resuelva todo, que además también he enviado hace poco otro artículo para una special issue 😉

  • David Ruiz dice:

    Bueno, yo te puedo contar mi experiencia.

    He publicado en un JCR special issue asociado a una conferencia puntera (no a un workshop) y los tiempos ha sido buenos y los revisores se han comportado.

    He publicado en otro JCR special issue NO asociado a ningún evento y los plazos se fueron de madre, con más de un año y medio de retraso. Es cierto lo que dices, cuando te lleva una revisión de algo que has escrito hace un año, tienes perdido todo el contexto.

    He publicado en otro JCR son special issue y los tiempos de respuesta eran buenos (3-4 meses), lo que pasa es tuve 4-5 rondas de revisión, increíble pero cierto.

    También he sido editor invitado en varios special issues y poder cumplir con los plazos es muy complicado, principalmente porque los revisores de calidad tienen un tiempo de respuesta "no acotado".

    Entiendo lo que te pasa por la cabeza, pero no estoy 100% de acuerdo contigo en usar el término "fraude" en este contexto, ya que todos sabemos a que estamos jugando, y tenemos la capacidad de decidir.

    Por ejemplo, mira esta revista: http://www.semantic-web-journal.net/ , fíjate que todo es trasparente, los editores son gente de peso y no está indexada en el JCR. En esta revista cualquier investigador puede mandar su trabajo, también puedes actuar de revisor, y todo de forma transparente y no anónima.

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